La Razón

2022-07-15 21:52:01 By : Ms. Cherry Cherry

El programa Artemis, liderado por la NASA y en el que colabora la Agencia Espacial Europea junto a otros cinco países así como compañías privadas, es el más ambicioso que se ha visto en la industria aeroespacial en décadas. Este año tendrá su primera misión no tripulada que enviará a la nave Orion 64.000 kilómetros más allá de la Luna, a la que seguirá un segundo vuelo ya tripulado y un tercero, Artemis III, proyectado para 2026 y en el que el hombre pisará de nuevo la Luna. También prevé la construcción de una estación lunar en la órbita de nuestro satélite que sea un hábitat sostenible y sirva como base para continuar la exploración hacia otros planetas con Marte en el horizonte.

Airbus participa en Artemis con la construcción de los seis ESM, Módulo Europeo de Servicio, que impulsará a la nave Orion hasta su destino en cada uno de los viajes espaciales previstos en el programa espacial. LA RAZÓN se ha reunido con Xavier González,  responsable de Compras y Suministros del ESM, y Francisco Lechón, responsable de Comunicación de Airbus Space, para hablar sobre el programa Artemis, el ESM, que cuenta con un componente crítico fabricado en España, la creación de una economía lunar, el aprovechamiento de los recursos espaciales, el desarrollo de nuevas tecnologías para la exploración espacial y la necesidad de legislar más allá de nuestro planeta conforme avance la exploración espacial.

¿Por qué se regresa ahora a la Luna?

Xavier: Hay varios motivos que han hecho que el hito haya tardado tanto. Primero, los viajes espaciales son muy costosos y cuando se fue a la Luna era otra época, nunca se había hecho. Estábamos en una carrera espacial, en un contexto de Guerra Fría, y a nivel presupuesto Estados Unidos invertía más de un 5% de su PIB. A día de hoy, es menos del 1%. Por otra parte, la opinión pública, creo que dejó de interesarse tanto por los viajes espaciales y, sencillamente, el presupuesto espacial se dedicó a misiones con un ROI más inmediato como satélites, divisiones en la Estación Espacial Internacional, experimentos en ella, en órbita baja... Un claro ejemplo de esto son las misiones que hubo entre el 1981 y 2011 con los Space Shuttle, todos ellos reutilizables. Hay que destacarlo porque eso en concreto tiene un impacto financiero y también sobre la opinión pública. Ya más para contestar a tu pregunta, hay una serie de buenas razones para volver a la Luna. Además de la ciencia lunar que se puede aprender y la emoción de la exploración espacial, muchas de las nuevas tecnologías podrían tener una aplicación en Tierra.

Xavier: Los avances en materias de alta eficiencia, sistemas de almacenamiento de energía y control ambiental de circuito cerrado y apoyo vital, podrían beneficiar a las personas de la Tierra, por decir algunos pero hay muchos. También está el hecho de que los costes de lanzamiento se pueden abaratar mucho más, ya que existe una voluntad de reutilización de elementos. Esto ya ha sido demostrado por SpaceX, que es un claro ejemplo y están, un poco, revolucionando la industria y eso es bueno porque fomenta la competitividad. Yo creo que esos son buenos motivos para volver a la Luna. Luego es verdad que la exploración en sí es algo que el ser humano lleva en su ADN. Tenemos esa necesidad de emancipación, de ir más allá y la Tierra se nos queda corta. Yo creo que es un poco nuestro deber, al menos la gente que estamos en este campo, intentar empujar nuestros propios límites, innovar y explorar. Evidentemente, los hombres políticos tienen un gran papel a jugar en este aspecto porque al final los presupuestos vienen marcados un poco por ellos. Hay una frase de un físico ruso llamado Konstantín Tsiolkovski que dice que la Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir en la cuna para siempre. Creo que es buena metáfora para definir de donde viene esa necesidad.

Francisco: Yo añadiría, por ejemplo, el descubrimiento de ciertos materiales en la Luna, como el Helio 3 que puede emplearse como fuente de energía. Y que sirve de salto para ir a Marte, con lo que dijo Xavier.

Xavier: Estoy totalmente de acuerdo. Se podría generalizar más, para ir a ver que tipo de materiales hay y también sabemos que hay agua. Todo eso fomenta un gran interés, tanto a las agencias espaciales como a las empresas y a nivel comercial. Ya hay SpaceX u otras que quieren ir a desarrollar una economía. Porque se habla ya de una economía que se puede desarrollar en la Luna.

¿Qué ha llevado a la NASA a externalizar la construcción del módulo de servicio y por qué ha elegido a Airbus?

Xavier: Eso forma parte de la estrategia de la NASA, el fomentar la colaboración a nivel espacial. Ya entendemos que la idea es colonizar y esto, un solo país, no puede llevarlo a cabo. Se necesita colaboración, la experiencia de otros países, y Europa desde luego que está en una posición de liderazgo en todo eso. Tenemos mucha experiencia acumulada a lo largo de estas últimas décadas. En España, concretamente, Crisa es un actor fundamental en este sentido. Tiene mucha capacidad de diseño y de fabricación, lo cual les destaca con respecto a otros actores. Al final, la colaboración es un concepto que se tiene que tener en el futuro para la humanidad. No podemos pensar que la Luna sea de un solo país, de una sola agencia… al final la colaboración es fundamental en estas misiones.

Francisco: También hay que tener en cuenta que Europa realizó cinco vuelos de ATV, Automated Transfer Vehicle, que fue a la Estación Espacial Internacional en cohetes, de uno en uno. Se construyeron cinco y realmente asombraron a los americanos, se quedaron pasmados de lo bien que iba ese vehículo y por eso quisieron tomar en cuenta al módulo de servicio de Airbus.

¿Cuál es el papel del módulo de servicio que construye Airbus en Orion?

Xavier: El papel fundamental y primario de Orion es el de proveer sistemas de propulsión, energía y control térmico, a la vez que permite dar el suministro de agua y oxígeno en las distintas misiones que se llevarán a cabo en las distintas naves. Esa es la función del módulo de servicio.

El EMS de Orion cuenta con una aportación española, la Unidad de Control Térmico. ¿Cuál es su papel?

Xavier: Esencialmente, esta unidad asegura que la nave, en todo momento, está regulando su temperatura y que todos los sistemas estén dentro de los rangos que tienen fijados. Es un elemento muy crítico en el módulo de servicio ya que, dependiendo de las misiones, se ha puesto en situaciones muy extremas, a temperaturas muy altas o muy bajas, y por lo tanto el tener una unidad que te regula la térmica, es esencial. La nave no podría sobrevivir sin ella.

¿Se fabrica completamente en España?

Xavier: Es de fabricación exclusiva española, lo cual es para enorgullecerse, la verdad. Se lanzan todas las compras desde Crisa, se reciben en Crisa Tres Cantos, se empiezan a montar todos los componentes, se realizan todos los ensayos que se necesitan, también ahí mismo en Crisa, y luego una vez que la caja está cerrada se entrega a Bremen para que se integre en el módulo de servicio y realizar una serie de ensayos a nivel sistema. Crisa es una subsidiaria de Airbus que se encuentra en Tres Cantos y que viene trabajando bastantes años en diversos programas, ya sea en tema de observación, exploración… A nivel orbital también están metidos como ha comentado Francisco, también tuvieron un papel importante en el ATV y en el Ariane V.

Francisco: En electrónica, sobre todo, es su especialidad.

¿Cuánto tiempo lleva la fabricación del módulo hasta que es entregado a la NASA para sus pruebas?

Xavier: Es una pregunta complicada de responder porque en la fase de desarrollo, se paralelizan un poco las actividades, se va un poco a trompicones… Hay muchas anomalías que pueden surgir y se tienen que volver a ensayar componentes, equipos… hay cambios de diseño, pero sí te puedo decir que la idea, y esa idea se implementaría a partir del cuarto módulo en adelante, es tener una cadencia de producción de un año. Eso es lo que la ESA nos pide y nos hemos comprometido a cumplir.

¿Cuánto tiempo ha llevado el primero?

Xavier: Bueno, se firmó el primer contrato en noviembre y diciembre del 2014 y se entregó, el primer módulo, en 2018, estamos hablando de cuatro años.

Orion llegará 64.000 kilómetros más allá de la Luna, ¿qué distancia habrá recorrido cuando regrese a la Tierra?

Francisco: Lo tengo en millas, 1,3 millones (2.092.147 kilómetros).

¿Qué diferencias hay entre mandar gente a la Luna ahora y hace cincuenta años?

Xavier: La respuesta la introduje en la de la pregunta de por qué se volvía. Yo creo que la mayor diferencia son los avances que hemos hecho a nivel tecnológico, en todos los ámbitos, la voluntad de abaratar las misiones, porque se entiende que la opinión pública juega un rol fundamental a la hora de financiar los programas. Quizás un poco menos en Europa que en Estados Unidos, pero igualmente. Yo creo que esas son, fundamentalmente, los dos temas que más han cambiado desde entonces. La tecnología ha avanzado mucho, la voluntad de explorar otros planetas, intentar sacarle beneficio, ya sea con minerales extraterrestres y el intentar generar una economía fuera de la Tierra. El concepto de crear una economía sobre la superficie lunar y a nivel cislunar (que orbita alrededor de la Luna) también, con la entrada de empresas comerciales, es otro de los motivos por los cuáles se quiere volver a la Luna y seguir con la exploración espacial.

Francisco: También conocemos más del comportamiento del cuerpo humano en el espacio. Cuando se salió en el 72 o antes, apenas se conocía los efectos de vivir en el espacio y ahora se conocen bastante bien. Por ejemplo, la reducción de masa ósea que nos afecta estando fuera y que se puede evitar haciendo ejercicios y sobre todo protegiendo a los seres humanos de la radiación. En la Luna no tienes atmósfera que te proteja, con lo que tienes que prever una protección para los seres humanos. No es tan fuerte como pueda ser en Marte, pero hay que tener cuidado.

La creación de una economía lunar sería el mayor cambio respecto de los primeros viajes a la Luna.

Xavier: Sí, aprovechamiento de recursos de la Luna, el fomentar que empresas comerciales privadas tengan la voluntad de crear bases que ellos mismos financien y que ya no sean las agencias o los estados los que lo hagan. Eso va a crear una microeconomía a nivel también de aplicabilidad sobre la Tierra. Francisco comentó el tema médico y eso se puede extender a otros perímetros, ya sea agricultura y otras industrias que no sean la espacial. Se habla de que empresas como Toyota, Audi… están interesados en llevar a cabo ciertas misiones y experimentos y hay toda una economía que se va a fomentar gracias al tener una base en la Luna.

¿Todo este desarrollo puede requerir algún tipo de marco legal internacional nuevo? ¿O no es necesario?

Xavier: Es una muy buena pregunta. No trabajo en la parte legal, pero desde mi punto de vista sí que hará falta legislar en el espacio. De hecho, ya hay todo el tema de los residuos que se están dejando en la órbita terrestre, ya se está viendo cómo se puede evitar ese impacto negativo de contaminación y se habla de crear acuerdos que yo creo que son la antesala a legislar el uso que se le dan a las misiones y como las misiones se deben embarcar desde el punto de vista legal. No soy experto en ese tema, pero estoy convencido de que se tendrá que hablar.

Francisco: Hay un organismo en la ONU que se llama UNOOSA (United Nations Office for Outer Space Affairs) que se encarga de la legislación para fines pacíficos del espacio y este organismo se ha encargado de legislar desde los primeros satélites, el uso de las órbitas, la posición orbital de cada operador… esta todo regulado. Lo que pasa es que ahora estamos empezando a descubrir nuevas cosas, nuevos usos, estamos hablando de vivir en la Luna, cosa que no estaba prevista en la legislación y te puedo asegurar que ya se están poniendo las pilas para ello, desde hace años porque esto no es nuevo. Incluso Marte, con eso te digo todo. De vez en cuando sale un pirado que quiere vender terrenos en la Luna y dices ¿de dónde sale esto? Todo eso está regulado.

Hablemos de Artemis y de las fases que componen el programa. ¿Por qué la primera misión no está tripulada?

Xavier: Artemis, básicamente, el proyecto consiste en una nave espacial que tiene distintos objetivos que se llevan a cabo con las misiones planificadas por la NASA. Podrán ser objeto de revisión pero, en teoría, el primer vuelo tiene como objetivo el verificar que el lanzador, el SLS, funciona bien, ya que es el primero que se fabrica y hay mucha expectación puesta sobre él. A nivel nave espacial, verificar que todos los sistemas, subsistemas y equipos funcionan tal y como se han cualificado y que cumplen con las expectativas fijadas en una primera instancia en la primera misión. Otro de los temas que se quieren comprobar es que la vuelta a la superficie terrestre se efectúe tal y como se ha previsto. Esto, se puede deducir que es por tema de seguridad ya que en el segundo vuelo y en el tercero ya habrá astronautas. Eso es un factor que define mucho los objetivos y las expectativas de la primera misión.

Con Artemis III se pisará de nuevo la Luna, ¿en qué consisten las misiones Artemis IV-V-VI?

Xavier: La misión para la IV, V y VI es un poquito el asentarse en la superficie lunar. Esas misiones vendrían un poco a cimentar, a fortalecer la idea de crear una base en la superficie lunar. Y luego la idea sería tener un poco una estación cislunar que pueda ser la antesala a misiones de exploración más allá de la Luna. Ir a Marte es una de las ideas que hay sobre la mesa y probablemente se lleven a cabo. Ir más allá no está descartado, yo creo que es uno de los objetivos que se fija la NASA.

Francisco: A partir de la V ya estamos hablando de cosas sin definir todavía, pero podemos ver que en la tercera ya tenemos astronautas aterrizando en la Luna. En la segunda que solo van y vienen, sin aterrizar. Y con la cuarta, ya la estación lunar estaría completa. Para llevar a cabo el tercer paso necesitas una estación porque la nave Orion no aterriza en la Luna, atraca en la estación y a partir de allí, un vehículo, que está por fabricar, es un Lunar Lander, tiene que bajar y subir desde y hasta la estación lunar. Este es el ascensor que lleva a los astronautas. La nave Orion solo los lleva a la estación de la Tierra.

¿Cuándo se comienza a construir esta estación espacial lunar Gateway?

Francisco: Está ya en marcha y se han adjudicado algunos elementos.  De hecho, Airbus Crisa está trabajando ya en la Unidad de Gestión de Energía del Módulo Habitacional, que se llama HALO, y ese es uno de los dos que hay de momento. Está previsto añadir otros dos, uno por parte de Japón, otro por parte de Europa y de esta manera tenemos en órbita lunar una estación que pueda tener todo lo necesario para recibir a los astronautas desde la Tierra y bajarlos a la Luna.

¿Qué papel tiene Airbus en la construcción de la estación espacial?

Francisco: Se están haciendo las propuestas para que una empresa se encargue del módulo europeo. De la misma manera que tenemos el Columbus en la Estación Especial Internacional, se pretende tener uno que se va a llamar Esprit en la estación lunar. Yo entiendo que a partir de la segunda misión se empieza a desplegar algo allí. De todas maneras, el módulo Halo, que es de servicio, tiene propulsión propia para llegar ahí. Lo que si hace falta es llevarle combustible para que permanezca en órbita de manera sostenible.

¿Moon Cruiser y Moon Shuttle son propuestas o proyectos en firme? ¿Cuál será su papel?

Xavier: Están en fase de estudio.

Francisco: De hecho, algunos estudios están patrocinados por la Agencia Espacial Europea e incluso por dos vías, para hacer dos estudios en paralelo para ver luego con que se queda. Coge las dos más prometedoras y financia la siguiente fase del estudio para después decidir cual es más viable.

¿Cuándo podrían estar construidos y funcionando el trasbordador y el crucero?

Francisco: Deberían estar para 2026, pero es muy pronto. Como todas las previsiones en el espacio, no siempre se cumplen. Sin embargo, aquí estamos hablando de un Artemis III que tiene que llegar a la Luna en 2026 y tiene que haber allá un vehículo que les haga alunizar. El transbordador es más que nada para carga, el Moon Cruiser o Moon Lander para astronautas. Obviamente, tendremos mucha competencia. Empresas americanas van a intentar llevarse este tipo de vehículos. Sin embargo, la aportación europea debe cubrirse de alguna manera y si el módulo europeo no es suficiente pues habrá que dejar que Europa tenga otro elemento que poner, que es lo que se prevé en las colaboraciones internacionales.

¿En qué consiste Roxy, el método creado por Airbus para extraer oxígeno y metales del polvo lunar?

Francisco: Roxy es una especie de reactor, una cámara donde se unen ciertos elementos con el regolito, la arena lunar. La reacción que se provoca es la que genera la energía, bueno, los metales, por un lado y el oxígeno por otro. Básicamente, es un elemento en el que están trabajando varias empresas, incluida una española, Abengoa. Son empresas que tienen actividad espacial por un lado y otras que se dedican a la gestión energética, la tierra, la minería… Estamos aunando muchos esfuerzos industriales distintos y esa es la base de este Roxy que tiene mucha posibilidad de salir adelante ya que ayudaría bastante en la sostenibilidad de la vida humana en la Luna. Tienes, por un lado, no sólo la producción del material con la que puedes construir habitáculos lunares en la superficie lunar, sino también el oxígeno para poder sobrevivir. Lo que hace Abengoa es complementario de lo que hace Airbus. Abengoa Innovación, en Sevilla, hace estudios para determinar cómo se puede aprovechar ese regolito. También tienes una universidad de Boston, en Massachusetts, un instituto de tecnología de fabricación de materiales avanzados en Alemania… Es decir, un cluster de entidades que juntas, sus especialidades pueden sacar adelante este generador de oxígeno y metales del polvo lunar.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad en el proyecto de Orion?

Xavier: La mayor dificultad probablemente sea el trabajar con distintas empresas que vienen de distintos países. La mayoría en Europa, pero también trabajamos con empresas estadounidenses. El mayor reto, y concretamente en mi rol, que me encargo de la parte de compras, es el de consolidar toda la información que nos llega de los distintos proveedores. Un poquito estandarizar la forma de trabajar porque bueno, cada país tiene la suya y, a fin de cuentas, el que tengan distinta metodología puede llegar a tener un impacto en el rendimiento. Entonces intentamos, desde Airbus Bremen, asegurarnos de que la cadena de suministro siga las pautas que les marcamos. No estoy hablando de nada revolucionario, pero que los hitos importantes de producción sean respetados y que los plazos de entrega se respeten. Uno de los mayores retos que tenemos es la agenda, digamos. Tenemos unos plazos bastante agresivos, que nos vienen de la ESA, porque entienden que somos… tienen confianza en nuestro trabajo y lo hemos demostrado en otros programas. Al final, el tener que gestionar una cadena de suministro tan internacional supone un reto importante. Para mí, es el mayor reto que tenemos en el proyecto.

¿En qué otros proyectos con la NASA trabaja Airbus?

Francisco: Estamos metidos de lleno en lo que va a ser la exploración a Marte. Ya tenemos adjudicado el satélite ERO que es el que va a traer de vuelta los especímenes que se recojan en Marte. Ahora mismo, el Perseverance de la NASA está horadando la superficie para tomar muestras y las introduce en unos tubos que va soltando por el terreno. Estamos hablando de unos 36 tubos. Después se va a lanzar otro vehículo, Mars Fetch Rover, más ágil, que recoja esas muestras. Lo va a poner Europa y Airbus es el prime, entonces ahí tenemos otra participación. Después esas muestras se van a meter en un habitáculo del tamaño de una pelota de baloncesto, un poco más grandes, y se va a dejar en un vehículo americano que es el que va a llevar el Mars Fetch Rover nuestro, que además tiene un vehículo que despega desde la superficie de Marte y suelta en órbita esa pelota de baloncesto con las muestras. Y luego llega el ERO, Earth Return Object, el que trae de vuelta los especímenes, este satélite los busca en la órbita, los encuentra, captura y los trae a la Tierra.  Estamos hablando de unas tecnologías que tiene Airbus y con las que puede hacer todo eso. De hecho, algunas provienen de Exo Mars, el vehículo rover que al final no va a salir este año porque hubo problemas con los rusos que todos conocemos y en el futuro, a lo mejor, se encuentra una vía que solvente este problema. Pero la tecnología que se usó en ese vehículo, también se puede usar para este otro satélite de reconocimiento en el rendez-vous, que llaman, de este objeto tan pequeño en la órbita lunar.

¿Existe algún riesgo en traer muestras de otro planeta a la Tierra?

Francisco: Depende de con quien hables. De momento, no se había hablado de ningún riesgo porque en todo momento van a estar controlados. De hecho, las muestras van a acabar en Estados Unidos que es donde ya están preparando todos los laboratorios para poder estudiarlas de manera segura. Sin embargo, ayer mismo leí un artículo diciendo que podía significar algún problema. No especificaba bien el qué, pero, por ejemplo, si te traes con la muestra un organismo unicelular, por ejemplo, que pueda hacer daño a la salud de la tierra. Pues sí, es una posibilidad, pero un poco remota, ¿no? La cuestión es que tenemos que tener todo eso bajo control, desde el momento en que entra en la órbita terrestre, es recogida y se estudia en un laboratorio especial.