El Concello incluirá la recogida de aceite doméstico usado en el contrato de basuras

2022-08-12 23:08:52 By : Mr. Calvin Ye

Un solo litro de aceite de cocina usado puede contaminar mil litros de agua, así que echarlo por el fregadero no solo puede causar un importante impacto en el medio ambiente, también genera un trabajo extra para las plantas de tratamiento de aguas residuales (lo que acaba incrementando las facturas) y contribuye a la reproducción de bacterias potencialmente nocivas en las tuberías con el consiguiente aumento de plagas y malos olores en las casas. Se estima que cada consumidor genera al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado y, en España, dos tercios de este residuo acaba en las alcantarillas.

A pesar de ello, hay concellos que no cuentan con un servicio de recogida. Pontevedra es actualmente uno de ellos, pues solo dispone de un punto de carácter municipal para el depósito de aceites domésticos usados, integrado por dos contenedores situados en la entrada de la Praza de Abastos.

Diversos estudios señalan que un solo litro de aceite de cocina usado puede llegar a contaminar hasta mil litros de agua

"Sabemos que é unha demanda cidadá", admitió el Gobierno local, que explicó que su intención es solucionar esta carencia a corto plazo. De hecho, el Concello indicó que en el próximo contrato de basuras (que está a punto de licitarse) habrá un apartado dedicado a este asunto. De momento, la Administración municipal no ha precisado cómo se prestará el servicio, pero sí ha confirmado que se incluirá la recogida de aceites domésticos usados en el nuevo contrato de residuos.

Hasta junio de 2020, en Pontevedra existía una red de contenedores de color rojo para la recogida de aceites de cocina usados. No obstante, habían sido colocados sin permiso por un particular. Al detectar este hecho en los 15 días de cierre obligatorio de todos los servicios no esenciales decretados durante el estado de alarma, los contenedores fueron retirados y desde entonces no se han repuesto, siendo actualmente el de la Praza de Abastos el único punto de recogida de este residuo que tiene habilitado el Concello.

En otros municipios como Poio optaron por dejar los colectores particulares, que siguen funcionando hoy en día.

En 2020, los colectores para aceite que había por el municipio fueron retirados porque habían sido puestos sin permiso por un particular

En la capital del Lérez, salvo los vecinos que acuden al punto del Mercado de Abastos, en los demás domicilios recogen el aceite de cocina usado en botellas de plástico y las arrojan en los contenedores comunes de basura orgánica. Otros, directamente lo vierten por el fregadero.

Según apuntan fuentes como la web especializada "Iagua" o "periodismoXclima", si ese residuo llega a los ríos o al mar, forma una película superficial que afecta al intercambio de oxígeno y perjudica al ecosistema. Pero el principal problema de esta práctica reside en la contaminación de las aguas residuales urbanas, pues la grasa genera bolos que producen importantes atascos en las cabeceras de las canalizaciones de la red de residuales y, cuando finalmente llegan a las depuradoras, su eliminación física o química es, además de costosa, otra fuente de contaminación. En el caso de los bolos de bioresiduos, el concentrado de grasas debe ser incinerado generando más costes. Si es enterrado se convierte en un poderoso agente contaminante de las aguas subterráneas limpias.

La alternativa es la recogida de estos aceites para su reciclaje. Industrias tan diversas como la química, la cosmética o la farmacéutica usan este residuo para elaborar biodiésel, abonos, barnices, ceras, cremas, detergentes, jabones, pinturas, velas, lubricantes etcétera.

Además de las casas particulares, los establecimientos de hostelería y otros negocios vinculados con los servicios de alimentación generan un importantísimo volumen de aceites de cocina usados. En su caso, hay empresas particulares que se encargan de recoger ese residuo para su posterior reciclaje. Un ejemplo es Productos y Servicios El Comandante, una firma con planta en Vilaboa que funciona en toda la provincia de Pontevedra y en el resto de la Comunidad Autónoma. Se llama así por el nombre de su responsable, Fidel Castro, según explica él mismo con una dosis de buen humor.

"Actualmente recogemos aceites de cocina usados en unos 3.000 establecimientos de toda Galicia, incluyendo restaurantes, cafeterías, hoteles, empresas de cátering, residencias e industrias de alimentación como las de conservas, fábricas de patatas fritas, churrerías, productos precocinados, etcétera", indica Castro. "Aunque trabajamos en toda la comunidad, donde más operamos a día de hoy es en la provincia de Pontevedra".

De hecho, precisa que recogen unos 50.000 litros de aceite usado cada mes y, de ese total, aproximadamente el 40% procede de establecimientos situados en los municipios pontevedreses.

EN VERANO, MÁS. "En verano, como los locales de hostelería trabajan mucho más por la presencia de turistas, llegamos a recoger entre 75.000 y 80.000 litros mensuales, si bien es cierto que con la pandemia las cifras bajaron mientras duraron las restricciones en los negocios de restauración", añadió el propietario de Productos y Servicios El Comandante.

El sistema de esta empresa es sencillo: "Dejamos un bidón en la cocina del establecimiento que nos llame y, cuando lo tiene lleno de aceite usado, nos avisa y pasamos a recogerlo. Por cada bidón lleno le damos a cambio un lote de productos de limpieza valorado en 25 euros, o bien un vale de 25 euros para canjear por servicios de mantenimiento de su empresa, como pueden ser la limpieza integral de sus cocinas, de sus campanas extractoras o realizar el tratamiento de plagas que deben hacer anualmente", explicó Fidel Castro. "Nuestra empresa dispone de una línea propia de productos de limpieza especializada en el sector de la hostelería".

El aceite que recogen en todos esos locales lo envían a "una planta autorizada por la Xunta de Galicia" para su reciclaje a través de la fabricación de biodiésel.

"El aceite de cocina, si no se recicla y se vierte por los desagües, empieza creando obstrucciones en las tuberías, pasando por ser un generador de plagas en las alcantarillas y acabando en las depuradoras municipales. Al llegar al mar o a los ríos genera una película en la superficie que perjudica a la fauna", apunta el responsable de la empresa, que presta sus servicios de recogida de aceites a negocios tanto de la capital como de otros muchos concellos.